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lleva años estudiando el cambio climático y tiene un plan para combatirlo. En un nuevo libro, el fundador de Microsoft ofrece una hoja de ruta para reducir a cero las emisiones, una meta factible, pero que requerirá grandes avances tecnológicos, según avisa.

En una entrevista con MIT Technology Review, sobre su nuevo libro “Cómo evitar un desastre climático”, dijo que el mundo debe dejar de comer carne animal si queremos detener el calentamiento global y prevenir una catástrofe inminente.

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Nuestro futuro alimentario, según el multimillonario, debe basarse en plantas y carne sintética, elaborada en el laboratorio.

Gates, quien se ha convertido en filántropo y activista por causas humanitarias y ambientales, propone que las naciones desarrolladas se vuelvan 100% vegetarianas lo antes posible. Los países más pobres, por ahora, no podrían hacer lo mismo, debido al aún alto costo de estos alimentos.

Él cree que la industria de las proteínas vegetales está evolucionando, y las diferencias en textura, sabor y apariencia, criticadas por muchas personas que las comparan con productos animales, son cada vez más pequeñas. Y también se espera que los precios caigan a medida que aumenta la demanda en los próximos años.

“Cómo evitar un desastre climático”, que sale a la venta el 16 de febrero en una veintena de países, es una aportación amplia y didáctica al debate sobre el clima de alguien que fue capaz de ver con años de antelación el “boom” del software o la falta de preparación del mundo ante una eventual pandemia.

El mensaje de Gates es a la vez optimista -frenar el calentamiento global en las próximas décadas es posible- y realista -harán falta enormes progresos tecnológicos y mucha voluntad política-.

Gates aprovechó la oportunidad para señalar a otro multimillonario de la tecnología: Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, que sueña con colonizar Marte. “No soy una ‘persona de Marte’. Preferiría salvar la Tierra que huir de ella”, dijo.

Según él, hay trabajos mucho más importantes por hacer aquí en la Tierra, como reducir las emisiones de carbono en las industrias y desarrollar y distribuir vacunas para el mundo. coronavirus .

“Prefiero gastar mi dinero en estas cosas, que ayudan a la gente en la Tierra. No creo que los cohetes sean la solución”.

Años de estudio

Gates comenzó a interesarse por el cambio climático hace aproximadamente dos décadas y llegó al tema de forma indirecta, al estudiar la relación entre la falta de suministro eléctrico y la pobreza que veía en sus viajes a países en desarrollo de la mano de su Fundación.

Poco a poco, tras muchas conversaciones con expertos y científicos, explica que llegó a la conclusión de que el desafío para el mundo era aún mayor: no se trataba sólo de generar más electricidad para que los desfavorecidos prosperen, sino de hacerlo sin emitir más gases de efecto invernadero.

Gates reconoce que no es un experto en clima, ni mucho menos, pero asegura que en los últimos años ha aprendido mucho. “Me gusta bastante leer”, apunta, asegurando que ha leído “literalmente cientos de libros” sobre el tema y ha discutido con un sinfín de expertos.

Su conclusión es que para evitar un desastre es necesario alcanzar las cero emisiones netas y para ello, hará falta impulsar herramientas ya existentes como la energía solar y la eólica o la captura de carbono, pero además desarrollar nuevas tecnologías.

Estas, avisa, no se pueden limitar sólo a ámbitos como la generación de electricidad y el transporte, sino que deben transformar muchos otros sectores como el agroalimentario, el de la producción del cemento o del acero.

Una revolución tecnológica

Y para ello, insiste, el mundo necesita un plan, una hoja de ruta que permita llegar a las emisiones cero para 2050 y a la que espera contribuir con su libro.

“Tenemos que movernos a una velocidad de cambio de la economía física que no hemos visto en ningún momento de la Historia”, explica Gates, que para ello ve absolutamente imprescindible que la ciencia logre un avance “radical”.

Así, considera que la seriedad de los países en su lucha contra el cambio climático podrá medirse en buena parte en función del dinero que destinan a investigación y desarrollo, pues sin esos progresos tecnológicos el mundo está destinado al fracaso.

Mientras, asegura que el creciente interés en el cambio climático que se ha visto desde 2015, sobre todo liderado por los jóvenes, es el gran activo con el que cuenta la comunidad internacional.

“El esfuerzo climático tiene energía, tiene un objetivo que es un buen objetivo -llegar a cero para 2050- y ahora lo que hace falta es un plan”, explica.

El impacto del COVID-19

Gates escribió la mayor parte de su libro durante 2019 y tenía previsto haberlo publicado antes, un plan que modificó por el estallido de la crisis de la covid-19, pues llevaba años advirtiendo sobre la necesidad de prepararse para una eventual pandemia de este tipo.

“Decidí que mi voz pública debía estar realmente centrada en la tragedia de la pandemia y el trabajo que debíamos hacer para llevar vacunas a todo el mundo”, recuerda el multimillonario estadounidense, que a través de la Fundación Bill y Melinda Gates es uno de los promotores de la Alianza para la Vacunación (GAVI).

Gates cierra su libro con un epílogo escrito a finales de 2020 en el que analiza el impacto de la enfermedad y su relación con el clima.

En él adelanta la que será su prioridad para los próximos meses: abordar pandemia y clima con los líderes internacionales y convencerles de que las lecciones aprendidas de una crisis son claves para resolver la otra.

Fuente: EFE.

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