En momentos que la humanidad vive un duro momento por la expansión de la pandemia del , el brindó la bendición al mundo, o ‘Urbi et Orbi’, por primera vez en la historia en una plaza San Pedro que lucía completamente vacía. Esta bendición solo es brindada por el sumo pontífice el domingo de Pascual y el día de Navidad, pero el papa decidió adelantarlo dada la coyuntura.

Muy preocupado, el papa Francisco se colocó frente al crucifijo de San Marcello, el mismo que salvó a Roma de la llamada ‘Gran Peste’ de 1522 , para pedirle al Señor por la salud de todas las personas y principalmente por los médicos, trabajadores de limpieza, cajeros de supermercados y enfermeras, que se encuentran expuestos a la enfermedad.

“Bendice al mundo, da salud a los cuerpos, da consuelos a los corazones.... Señor te pido no sentir temor, pero nuestra fe es débil y tenemos miedo”, manifestó el papa Francisco en su oración.

“EL GRITO DE UN PLANETA ENFERMO”

En su homilía consideró que todo esta situación es el 'grito de un planeta enfermo al que no hemos escuchado’. Un impactante mensaje para la meditación de toda la población, grandes y pequeños, ricos y pobres, en un momento en que la humanidad pasa por un difícil momento.

El papa Francisco mencionó a Mateo 8, 23 y Marcos 4, 36-37, cuando Jesús y sus discípulos se encontraban en una nave y fueron sorprendidos por una tempestad. “Estamos asustados y perdidos, fuimos tomados por sorpresa en la barca, frágiles y desorientados”, empezó el Papa Francisco.

“PIDIÓ POR LOS MÉDICOS Y TRABAJADORES”

En su oración, el papa Francisco pidió por los médicos, trabajadores de limpieza y cajeros de supermercados, quienes se encuentran expuestos por la enfermedad.

La bendición ‘Urbi et Orbi’ (a la ciudad de Roma y el Mundo) es brindada por el papa solamente dos veces al año: El Domingo de Pascua y el Día de Navidad, considerando el difícil momento que atraviesa el mundo, el papa Francisco decidió adelantar esta bendición.


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