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El caso de más grande de llegó a su fin a puerta cerrada, cuando la corte de Saintes emitió una condena de 15 años de prisión en contra de un cirujano la noche del jueves por violaciones y abusos sexuales contra cuatro menores de edad. El hombre de 70 años no volverá a maltratar a los pacientes de los hospitales donde trabajaba o de jactarse de “ser pederasta”, como escribía en su computadora, según informó El País de España y AFP.

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En octubre, se descubrió que eran 312 menores los que habrían sufrido los abusos de Joël Le Scouarnec, un canoso médico retirado de rostro confiable y padre de tres hijos, pero pederasta desde hace 30 años. Es el tiempo y la cantidad de crímenes, aún en proceso de investigación que este hombre había registrado en sus diarios personales.

Después de cuatro jornadas de audiencias, el jurado empezó a revisar el caso del cirujano, un pedófilo que no pedía misericordia ni aceptaba los hechos más graves —”No pido perdón ni compasión (…) solamente el derecho a convertirme en un hombre mejor”—. Sin embargo, las horas de deliberaciones en la corte francesa fueron largas, de acuerdo con la información compartida por los abogados presentes en la sentencia.

Durante el inicio de las jornadas, la declaración del médico, quien había permanecido de brazos cruzados durante el juicio, fue negar los hechos asegurando que los escritos solo eran fantasías que rondaban en su mente. Por su parte, la abogada de las víctimas mencionó que esa versión comenzó a “derruirse” con el transcurso de las cuatro sesiones judiciales.

Antes del veredicto, los jurados habían contemplado una condena de 20 años de prisión. Por ahora, Le Scouarnec tendrá una orden de supervisión por tres años en el final de su pena, pero desde ya le quedan 10 días para apelar al fallo. Los demás casos de abusos continúan en etapa de investigación.


4 CASOS

Dos de las víctimas eran sus sobrinas, quienes ahora tienen 30 y 35 años. Un día antes de la sentencia, el cirujano terminó por admitir frente a los abogados de las víctimas: “todo lo que dicen es verdad”. Además, un total de “209 víctimas pudieron ser interrogadas en noviembre, algunas de ellas tenían recuerdos muy concretos”, dijo el comunicado del fiscal y añadió que “184 decidieron denunciar”.

La justicia de Francia identificó en el despacho del médico imágenes de pornografía infantil. “Más de 250 víctimas potenciales de estos hechos de pederastia que aún no han prescrito fueron identificadas durante la investigación”, anunció en noviembre un fiscal de La Rochelle, ciudad del oeste de Francia, Laurent Zuchowicz.

Las otras dos víctimas son, en primer lugar, Lucie (nombre alterno para resguardar su identidad), una niña de 10 años y antigua vecina de Le Scouarnec; y en segundo, una mujer que tenía cuatro años cuando fue paciente del violador en 1993.

Los periodistas esperaban la salida de las abogadas de las víctimas frente a la corte de Saintes, en Francia. (Fuente: AFP)
Los periodistas esperaban la salida de las abogadas de las víctimas frente a la corte de Saintes, en Francia. (Fuente: AFP)


DESCUBRIR EL HORROR

Era 24 de abril de 2017 cuando Lucie habló con sus padres para revelar su mayor secreto: el hombre había enseñado sus partes íntimas a la niña a través de la reja que dividía las casas. La madre no demoró en ir a la policía del poblado francés de Jonzac y denunciar al médico. Descubriría que no era la única víctima.

En 2005, el hombre ya tenía una condena de cuatro meses de prisión por difundir imágenes sexuales de una menor, pero seguía atendiendo pacientes en su centro de trabajo. Después, la madre de Lucie no solo encontraría que su hija había recibido una agresión, sino también que el acto de exhibicionismo había llegado a una “penetración digital”, reportaron las pesquisas policiales.

Los archivos digitales hallados luego del primer juicio de Le Scouarnec eran alrededor de 300 mil fotografías de menores de edad. Los diarios hallados tenían fecha de inicio en 1990. Con títulos como “vulvitas” y “colitas”, los cuadernos registraban los nombres de cada niño y niña, así como la descripción de los funestos actos. En ese entonces, su abogado defendía el reflejo de algunas líneas borrosas estipuladas entre los hechos y las fantasías del acusado.

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