Este se siente deslumbrado y sorprendido. El paso de los años es implacable con los actores que un día admiré. John Travolta y Olivia Newton-John se volvieron a reunir para rememorar a sus personajes de la entrañable película ‘Grease’. Los veo tíos y me miro en el espejo, yo también envejezco con ellos. Guapos en aquellos años finales de la década de los setenta.

A John Travolta nunca lo vi en persona, pero a Olivia Newton-John sí la vi en un concierto en vivo en Miraflores, donde el gran periodista de espectáculos Johnny ‘Toda una vida’ Padilla hizo que el organizador me haga ingresar, porque ya no había entradas. Allí adentro, con la pulposa periodista de espectáculos Cecilia ‘Viborita’, de editora Perú, una entrañable colega, bebimos cantidades navegables de chelas recordando los viejos tiempos.

Cada vez que veo ‘Grease’, la observo fantástica. Esa película marcó a varias generaciones y en ella John Travolta y Olivia Newton-John nos encandiló a todos. Hace unos días, los famosos actores volvieron a posar y hasta a bailar juntos. Parece mentira que hayan pasado cuatro décadas desde que ‘Danny Zuko’ y ‘Sandy Olsson’ irrumpieron en la gran pantalla para arrasar en todo el planeta. Y ahí siguen.

Yo diría que ‘Grease’ mantiene la frescura del primer día de este musical de 1978. La película se mantuvo por décadas en el primer lugar del ranking de los musicales más taquilleros de la historia. Pero como en la vida, no todo es color de rosa, años después se juntaron hechos negativos de la vida privada de Olivia. Su matrimonio con un actor chibolo, Matt Lattanzi, con quien tuvo una hija, fracasó y luego otro galán juvenil con el que se enredó, desapareció durante una travesía. La cantante sufrió lo indecible y, tiempo después, el sinvergüenza apareció dándose la gran vida en México, donde sostuvo que era la única manera de alejarse de la ‘tía’. Además de estas desgracias, debió afrontar un cáncer que amenazó con acabar con su vida.

Hasta hoy trabaja en una fundación contra el cáncer que lleva su nombre y funciona en Australia. Pero bueno, les contaba que el fenómeno de ‘Grease’ marcó a varias generaciones en nuestro país. Claro, ya dos años antes, los estudios habían ensayado la fórmula de lanzar al estrellato a John Travolta. La idea era hacerlo con una película de bajo presupuesto, pero resultó un boom de taquilla, debido en gran parte a la extraordinaria banda sonora de los BeeGees, Tavares, Yvonne Elliman y compañía, y la notable habilidad de John Travolta en la pista de baile. Y por supuesto, el boom de la música disco, que estaba en todo su esplendor, hizo el resto.

‘Grease’ estaba programada para estrenarse en 1978 y, desde ya, tenía el éxito asegurado. ‘Danny Zuko’ (John Travolta) iba a encandilar a los adolescentes, ¿pero quién podría encarnar a la dulce y, a la vez, arrebatadora ‘Sandy Olsson’? Cuando un productor propuso a Olivia Newton-John, los demás se rieron. ¡Pero si es una tía! Olivia había editado su primer LP en 1971, no era una chibola como para encarnar a una chica de último año de preparatoria de 18 años, pero cantaba lindo. Paradójicamente, ella, quien había desarrollado su carrera en Estados Unidos, se había caracterizado por lanzar baladas románticas imperecederas, joyitas de inicios de los 70 como ‘Sam’ o la tierna ‘Please Mr. Please’. Ella se impuso a candidatas más jóvenes como Deborah Harry, de ‘Blondie’ (‘muy achorada’, dijeron) o Samantha Taggart.

Recuerdo que vi ‘Grease’ en estreno, en el cine Diamante, de la avenida Brasil, pero la matinée en la que la vimos con toda mi mancha mixta -en el mítico cine Mirones- fue sensacional. La escena de la fiesta de graduación, cuando ‘Danny Zuko’, que era pareja de ‘Sandy Olsson’, la cambia por la achorada latina, hembrita del barroso jefe de la pandilla rival, es la muerte.

También la actuación del grupo de rock ‘Sha Na Na’. Y de más está decir que los temas cantados por Olivia Newton-John, ‘Hopelessly Devoted To You’, ‘Summer Nights’, o la del final del filme, ‘You’re The One That I Want’ y el entrañable ‘We Go Together’ siempre estarán entre nuestros mejores recuerdos.

Apago el televisor.


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