El Chato Matta llegó al restaurante por un cebichito de ojo de uva bien picante y un pez espada a la parrilla con puré de camote y ensalada. ¡Delicioso! “María, la semana pasada te estaba contando de un gran acontecimiento: el cumpleaños de . La juerga estaba en su mejor momento cuando se escucharon los gritos de una desaforada mujer en la puerta del local: ‘Sal desgraciado, gordo sinvergüenza’. Apenas abrieron la puerta, todos se quedaron mirando a la mujer, era la loca Ana, un antiguo amor de Pancho, pero estaba ¡bien agarradita de la mano del doctor Chotillo! Los dos estaban mareados y tenían una botella de whisky en la manos. ‘Pancho’ -dijo la loca- ‘fuiste una basura conmigo, yo te di lo mejor de mi vida y no lo valoraste, ahora ya estás viejo y mal de la próstata y yo he encontrado un hombre bueno que me quiere y respeta, no como tú que me engañabas hasta con mis primas. El doctor Chotillo me ha llevado de viaje al Caribe, mientras tú solo me invitabas un sánguche en el Miguelón de la avenida La Marina’. En eso, la mujer se puso a cantar: ‘Es un gran necio/ un estúpido, engreído/ egoísta y caprichoso/ un payaso vanidoso/ insconsciente y presumido/ falso, malo y rencoroso que no tiene corazóóónnn’. Chotillo la abrazó y le dio un apasionado beso en la boca.

‘Pancho- dijo el cirujano- ahora ella es mi mujer, yo le doy todo lo que necesita’. ‘Tranquilo hijo’, respondió el cumpleañero. ‘No me puedo picar porque mi frase favorita es ‘la pampa es para todos’. Solo te digo que vas a pagar, ganso, porque esa mujer no te ama, solo se aprovecha de ti para darme celos, pero yo soy parador. Y te voy a dedicar una canción para tu libro’. Al toque el gordito de N’Samble hizo retumbar el local con un tema del gran Tommy Olivencia. ‘A ese hombre que se cree muy dueño de lo que fue mío/ a ese hombre que tan orgulloso ahora va contigo/ por qué no le dices toda la verdad,/ que fuiste mi amante, que me diste todo cuanto sabes dar/ que junto a mis brazos te hiciste mujer,/ aún sientes mis besos quemando tu piel/ que piensas en mí estando con él,/ mientras te acaricia lleno de pasión,/ tu mente es infiel, confiésalo todo,/ libera tu alma y no lo engañes más./ No vivas fingiendo, verás que más tarde te arrepentirás/ tú a él no lo quieres,/ nunca lo querrásssss’. Pancholón se emocionó, bebió un vaso lleno de Cartavio X0 y dijo: ‘Chotillo, la vida es una sola. La pampa es para todos, billetera mata galán. Partidor que parte a partidor, tiene mil años de perdón. Ese tema de la orquesta del maestro Tommy Olivencia me trae grandes recuerdos de tantas noches en La Posada con la mujer que ahora va contigo de la mano, pero como dice Viti Ruiz: Tú y yo somos hermanos, por amor no hay que pelear”. Pucha, ese señor Pancholón se pasa de sinvergüenza. Me voy, cuídense.

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