Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unas cachemas fritas con arroz blanco graneadito, papas doradas, ensalada de cebolla y tomate, rocotito y un emoliente sabrosón.

“María, estaba revisando cifras sobre las menores que quedan embarazadas en nuestro país y pude comprobar que la situación, lejos de mejorar, está empeorando. El año pasado, según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática, el 13.4 % de adolescentes de 15 a 19 años se embarazaron por primera vez o fueron madres. Eso representa un pequeño aumento de casos respecto al 2016, lo que significa que cada día quedan embarazadas diez adolescentes en ese rango de edad. Y si son menores de 15 años, entonces al día se embarazan cuatro niñas. Estos números son de espanto, pues la gran mayoría de estos embarazos son no deseados. Truncan los proyectos de vida de las chicas y a muchas prácticamente las condenan a la pobreza y a dedicarse a los peores trabajos para subsistir.

¿Y qué hace el Estado? Muy poco o nada. Esto debería darnos vergüenza como país, y encima algunas autoridades se llenan la boca afirmando que la meta del Perú es pertenecer a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, en París, conformada por ‘países desarrollados’. Por eso, da mucho que pensar cuando en los últimos días se critica que en el material educativo de comprensión lectora para estudiantes del quinto año de secundaria se incluyan textos que llaman a las chicas a mantenerse ‘vírgenes’.

Por ejemplo, en uno titulado ‘La virginidad conservada’, del fallecido psicoanalista Fernando Maestre, se señala: ‘Retrasar el inicio sexual puede traer varias ventajas. Una de ellas es que se estará libre del miedo a la maternidad no deseada. Sostener la virginidad al menos hasta los 24 años puede brindar el espacio reflexivo necesario para elegir bien y formar una pareja comprometida’.

Este texto es criticado porque señala que debe mantenerse la virginidad hasta los 24 años. Es cierto que la realidad nos muestra que los muchachos inician su vida sexual mucho antes. Ahí están, lamentablemente, las miles de niñas y adolescentes que lo demuestran. Los textos podrían ser mejorados, pero eso no significa que estén mal. Sé que a muchos los espanta la palabra virginidad, pues creen que al hablar de ella se está poniendo límites a la libertad de las mujeres. Pero olvidan que mientras más esperen los jóvenes, hombres y mujeres, para comenzar a tener sexo, será mejor. El sexo no es un juego, es un aspecto muy importante en la vida que debe ser abordado con responsabilidad. Los chicos deben estar preparados lo mejor posible, física y emocionalmente. En estos tiempos en que numerosas familias no tienen control sobre sus hijos, cuando hay acceso fácil a pornografía mediante Internet y muchas chicas practican el sexo como un deporte, deberíamos entender que la mujer es un ser especial, que debe ser cuidado y respetado, y ella misma valorarse, pues tiene la maravillosa virtud de crear vida”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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