Se llaman Kovid y son personas, no un virus. Esta es la mejor forma de abordar el drama que viven aquellos que tienen la mala fortuna de compartir el nombre con la después que la anunciara en febrero de 2020 la denominación oficial del coronavirus.

Por aquella misma época, precisa el diario estadounidense , un empresario de Bangalore, India, llamado Kovid Kapoor hacía dicha precisión en su cuenta de y, desde aquel entonces, siguió usándola incluso realizando acciones tan cotidianas como ordenar un café, registrarse en un hotel o mostrar su pasaporte en los aeropuertos.

La cambió las vidas de la gente que comparte el nombre sánscrito de Kovid (que significa “erudito” o “persona erudita”, siendo incluso mencionado en la literatura védica y en un poema hindi dedicado al Lord Hanuman), víctimas a su vez de bromas y comentarios en los casi dos años que lleva la emergencia sanitaria global.

Kovid Kapoor, “el paciente cero”

“Ha sido una completa locura”, contó Kapoor al mencionado medio sobre lo que ha sido convivir con el mismo nombre que el mortal virus respiratorio, aunque hizo hincapié que, pese a que su escritura es casi la misma, lo que lo diferencia de la designación del infame virus es su pronunciación (se dice “Kovid-dah”).

Si bien recurre al humor para sobrellevar la situación (como mencionar en su descripción de que es “kovid positivo desde 1990″, que le sugiriera que su propio nombre estaba mal escrito, entre otras), Kapoor sabe que lo “gracioso y triste” de todo esto es que no se acabará en el futuro mediato.

Si bien la OMS, detalla The Washington Post, consideró “numerosas variables” para no referirse a una ubicación geográfica, un animal, un grupo étnico en específico –que además sea pronunciable y relacionado a la enfermedad– al momento de anunciar el nombre oficial del virus, al parecer no tomaron en cuenta la homonimia.

Kovid Jain y Kovid Sonawane, otros “afectados”

Al igual que Kapoor, su compatriota Kovid Jain (28) pensó que “fue graciosísimo durante el primer año” de la , llegando a incluso a bromear con la similitud de su nombre con el de la enfermedad; sin embargo, ahora ella prefiere no usar su nombre en público, recurrir al de su esposo o algún apelativo para “ahorrarse las burlas innecesarias”.

La misma situación es la que vive Kovid Sonawane (34), de la ciudad de Nagpur en el estado indio de Maharashtra, quien dijo que si bien entiende el lado gracioso, se siente “irritado a menudo por la correlación” en la similitud de su nombre con el del virus, especialmente cuando las mofas provienen de gente ajena a su círculo amical.

No solo afecta a los Kovid, también a sus “variantes”

Como menciona el citado periódico, este drama no solo afecta a las personas que se llaman Kovid por estos nuevos términos añadidos al léxico global. Un ejemplo de ello es el artista , cuyo verdadero nombre es Omari Ishmael Grandberry, quien aclaró en cualquier confusión alrededor de su nombre artístico y la variante omicron del virus.

Algunas compañías también se vieron obligadas a hacer este tipo de precisiones como la aerolínea comercial estadounidense (con la variable Delta de ) y la marca de cerveza mexicana , que en los inicios de la pandemia sufrió un duro revés por la forma como la gente asociaba su nombre con el del coronavirus.

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