no falló y disputará por primera vez en su historia la fase final de una Copa del Mundo, tras sellar este lunes su clasificación para el al imponerse por 2-0 a Kosovo

Liderado por un gran Gylfi Sigurdsson, que abrió el marcador para los locales a los 40 minutos, y asistió a Johann Gudmundsson para establecer el definitivo 2-0 a los 68, el conjunto islandés culminó con su billete para Rusia una de las historias más sorprendentes del fútbol mundial

La extraordinaria aventura de este pequeño país de poco más de 330.000 habitantes, que en apenas ocho años ha pasado de concluir como colista de su grupo de clasificación para el Mundial de Sudáfrica a lograr el billete para Rusia por delante de selecciones como Croacia, Turquía o Ucrania.

Una espectacular progresión que vivió un antes y un después con la clasificación para la Eurocopa de Francia 2016, en la que el equipo islandés, que alcanzó los cuartos de final, y su festiva afición se ganaron el corazón de aficionados de todo el mundo.

Poco ha cambiado desde entonces, que apenas presentó hoy dos novedades, el lateral izquierdo Hordur Magnússon y el centrocampista Emil Hallfredsson, con relación al equipo que cayó goleado por 5-2 ante Francia en los cuartos de final de la pasada Eurocopa.

Tampoco ha cambiado la filosofía del juego, pese a la marcha del técnico sueco Lars Lagerbak, en la que el orden y el factor físico siguen marcando la pauta de un equipo, en el que la fantasía queda limitada a las acciones de Gylfi Sigurdsson.

Precisamente, el jugador del Everton inglés, que con la entrada de Hallfredsson en la medular ha visto adelantada su posición hasta la media punta, fue el encargado de desatascar un partido que poco a poco fue enmarañándose para el equipo islandés.

Tras recoger un baló suelo en la frontal del área, Sigurdsson se zafó de su defensor con un recorte seco, que permitió al islandés plantarse completamente sólo a los 40 minutos delante del portero kosovar, al que batió (1-0) con un disparo cruzado.

Un gol que no evitó los sufrimientos del conjunto islandés, que vio como Kosovo, un equipo que hasta hoy sólo había logrado un punto en los nueve partidos de clasificación, se adueño por completó del balón en el arranque de la segunda mitad.

Dominio estéril, ya que pese que los kosovares se acercaron con frecuencia a las inmediaciones del área local, no lograron crear ninguna ocasión clara de peligro.

Todo lo contrario que Islandia que no desaprovechó una de sus escasas aproximaciones para sentenciar definitivamente el triunfo y la clasificación para el Mundial de Rusia con un gol de Johann Gudmundsson (2-0)a los 68 minutos.

Un tanto en el que volvió a jugar un papel determinante Gylfi Sigurdsson, que tras recibir un balón de Birkir Bjarnason en el pico del área, alcanzó la línea de fondo para asistir a un solitario Gudmundsson, que solo tuvo que empujar el esférico para sellar un triunfo que permitirá a uno de los países más pequeños del mundo jugar el próximo verano todo un Mundial.

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