Cuto Guadalupe muestra precupación por su familia  tras ser extorsionado (Foto: GEC)
Cuto Guadalupe muestra precupación por su familia tras ser extorsionado (Foto: GEC)

Este Búho no puede ocultar su indignación ante la denuncia del carismático Luis ‘Cuto’ Guadalupe sobre las amenazas y extorsión de la que es víctima por parte de la sanguinaria banda venezolana ‘El Tren de Aragua’. Los miserables le exigen un pago inicial de cinco mil soles para no hacer estallar una granada en su restaurante.

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El flamante empresario culinario reconoció que la delincuencia en nuestro país se ha incrementado y, así como él, hay miles de peruanos en la misma situación. “Siempre he tratado de proteger a mi familia, lo voy a hacer hasta el último día de mi vida. Estas situaciones son cosas que está viviendo el país, así como Cuto, muchos que salen adelante y que sufren estas extorsiones, que lo que buscan es intimidarte, asustarte y que entres en pánico (...) Vengo de un barrio picante, soy chinchano, mucha gente me quiere y la Policía, en quien yo confío, me ha dado las garantías”, dijo.

El caso de Guadalupe es solo la punta de un iceberg. Gracias a que es popular y reconocido puede recibir el apoyo y resguardo de la Policía, pero son miles de dueños de restaurantes, colegios, pequeños negocios, bodegas, farmacias, ferreterías, peluquerías, depósitos de cerveza, empresas interprovinciales, de transporte urbano, hasta humildes mototaxistas, los afectados. Los delincuentes son, en su mayoría, bandas conformadas por indeseables extranjeros que no vacilan en asesinar a quienes se niegan a pagar los cupos, como ha sucedido con infortunados mototaxistas.

Lo más indignante es que muchos de estos delincuentes han sido capturados infraganti, recogiendo el dinero, porque valientes comerciantes los denunciaron con la Policía, pero al poco tiempo vuelven a las calles a seguir cometiendo el mismo delito. Recuerdo que el presidente Pedro Castillo, en su mensaje a la Nación, apenas llegó al poder, dio plazo de 72 horas a los delincuentes extranjeros para que salgan del país. Palabrería barata. Puro show.

El daño que le hacen estos indeseables criminales a la economía del país con sus extorsiones es incalculable. Son miles los peruanos que han cerrado sus negocios y migrado al extranjero, a Estados Unidos o Europa. Abandonan sus negocios y dejan sin trabajo a sus empleados. Si el país se estaba recuperando de una terrible crisis económica producto de la pandemia, los sacrificados esfuerzos de emprendedores como ‘Cuto’ Guadalupe caen en saco roto y ahondan aún más la recesión por culpa de mafias que han instaurado esta nueva modalidad, porque antes de la llegada de estas lacras delictivas no se producían extorsiones a restaurantes y pequeños negocios en el país.

Los peruanos se ven huérfanos de protección con un Gobierno que no le interesa combatir la inseguridad ciudadana, pues desde el presidente, sus familiares, aliados políticos y paisanos, están más preocupados en saquear las arcas del Estado, ya sea con ‘cupos’ por obras públicas hasta lo más inaudito, entregar sueldos por trabajos ‘fantasmas’ que entrega la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) a abogados, allegados y compinches de Castillo, como Vladimir Cerrón, quien fue acusado por un colaborador eficaz de cobrar 40 mil soles mensuales como ‘informante’ con el alias de ‘Montaña’.

El destape de un medio de comunicación cayó como una bomba de relojería y constituyó una raya más al tigre de la corrupción en el gobierno del chotano. El responsable de que una institución estratégica que tiene que ver con la seguridad nacional termine convertida en una manzana podrida y en instrumento del partido Perú Libre y su caja chica es su jefe, José Luis Fernández La Torre, quien es pariente político del siniestro número dos de Perú Libre, Richard Rojas, ‘uña y mugre’ de Vladimir Cerrón en la región Junín.

El jefe de la DINI, para más señas, es chotano y no tiene ninguna especialización, solo se desempeñó como comisario en Chota, donde fue denunciado por cobrar cupos a los transportistas en el 2005. A Castillo parece no importarle la denuncia constitucional de la Fiscalía de la Nación y deja que la llamada mafia chotana utilice al Estado como una vil agencia de empleos.

Mientras los peruanos honrados que trabajan con el sudor de su frente son extorsionados por malditas mafias, el Estado peruano es saqueado por una mafia capitaneada desde Palacio que cada vez extiende sus tentáculos, llegando al colmo de desviar los fondos destinados para la seguridad nacional para direccionarlos a Palacio o para satisfacer a condenados por corrupción que cogobiernan con Castilllo, como el ‘Doctor Anemia’ Vladimir Cerrón. Y todavía Castillo tiene una más grande que la del Campo Marte y se victimiza. Vergüenza de presidente. Apago el televisor.

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